Una persona no hace mucho me dijo: "El agua tiene una propiedad que cura a las personas. Las hace más felices"

Me encontraba camino a un lugar que ya no importa. El lugar estaba lleno y el silencio se infiltraba en mis sentidos. Veía hacia afuera por la ventana y llovía. Podía observar la calle satinada que íbamos dejando atrás...teñida de gris plomo por efecto del agua. A veces le robaba una mirada y sonreía para mí misma. Cada vez que estábamos juntos, sin importar dónde, sentía que estábamos solos en el mundo.

Eres como una lluvia de mayo a las 6 de la tarde en plena sequía. Después de haberte esperado, finalmente llegaste.



En los escenarios cambiantes que observaba a través del vidrio, esta ciudad se sumergía un poco más en el romanticismo silencioso. Un romanticismo que brillaba a través de la reflexión de las luces en las gotas que pegaban contra la ventana. Una expansión de colores luminosos contrastados a un paisaje grisáceo que parecía haber estado abandonado en algún tiempo.

Absorta en un momento surreal, las pupilas se dilatan, la temperatura del ambiente desciende y la calidez con la que llenas el espacio, con cada puñado de aire que exhalas...

Recuerdo los contornos finos y limpios de esta imagen, tu perfil cálido y tu mirada llena de vida.


Una lluvia es todo lo que necesitamos,

はる~