Mis brazos ya no aguantan más

22:43




Es como si quisieras llorar el alma de adentro hacia afuera. Tirarte al piso, halarte el vestido y apretarte el cabello. Agarrar lo que está a tu alcance y romperlo. Golpear fuertemente el piso hasta no poder más. Llorar y gritar tan alto hasta que alguien venga a ayudarte. Llorar tanto como signo de alerta, de emergencia, de ayuda última. Es como si quisieras hacer todo eso y aún así no poder sacar ni una sola lágrima. Permaneces con una expresión seria y hasta de disgusto porque la tristeza no parece florecer para que los demás la puedan percibir, para que la puedan ver. Estás tan rígida y fría pero por dentro algo parece estarse rompiendo. Ya las lágrimas se te secaron al igual que tu carácter y solo te rodea un paisaje hermoso y un momento para vivir. 

Irónico, ¿verdad?

Mis brazos ya no aguantan más.
Tanto familiares como amigos parecen desconocer el hecho que tengo acné. No, ese de cara no. Desde los 14 me apareció por todo el pecho y el cuello y luego de hacer un esfuerzo sobrehumano de control mental pude hacerlo desaparecer por un momento. Hasta que un día cualquiera empecé a notar brotes cada vez más frecuentes y abundantes en los brazos. Por calor y cambios hormonales al inicio y luego por simple estado anímico. He estado con esto por años y aún así tengo tantas personas cercanas que se alarman cuando logran ver un pedazo de mi brazo. Siempre me preguntan ¿te pasó algo?, ¿qué es eso?.

Hay del tipo de personas que se sientan a hablar con sus amigos de sus problemas. Hay personas del tipo que ignoran sus problemas. Hay personas que buscan ayuda profesional para solucionar sus problemas. Hay personas que callan pero aceptan pacíficamente el hecho que hay que vivir con problemas.Y hay de esas personas, como yo, que solo saben transcribir en obras su tristeza, su rabia, su desesperación, su amargura. Justo como ahora y esta entrada.

Tengo la dicha de decir que nunca he pasado por un momento de crisis mayor, tuve una buena infancia y sigo teniendo una vida cómoda. Mis padres están juntos, mis hermanos avanzan en sus medios profesionales, yo conseguí estudiar lo que realmente quiero para mi vida, los momentos de bajas económicas han sido lo normal que toda persona vive. Tengo buenos amigos, tengo hobbies, tengo sueños y metas por cumplir. Todo está bien, ¿verdad?...así también creo yo. Sin embargo tengo todo eso y al mismo tiempo siento que algo dentro de mi se rompe cada vez que decido tomar un paso en la vida. Día a día respiro para acumular más vacíos emocionales. Cada día al final del día me pregunto, ¿por qué?. Hay muchas personas afuera pasando tiempos realmente difíciles y heme aquí siendo egoísta y sintiéndome mal por muchas cosas que desconozco. Aquí es donde me propongo cada noche ser feliz y rezo por un día mejor. Cada noche sin falta.

Pasa un día y siento cómo todo por lo que me preparé emocionalmente se derrumba sin aviso alguno. Martillándome mis pensamientos y mi estabilidad. Intento e intento pero hay una sustancia base de la que carezco y aún no sé qué es. Sin esa base, si sigo así creo que terminaré perdiéndome. Por eso hoy escribo y nuevamente digo, mis brazos ya no aguantan más.

Si hay algo que siempre he tenido presente aunque sea a nivel subconsciente son frases que he estado escuchando a gritos desde adolescente todos los días cada día. "Contigo no se puede", "Para lo único que sirves es para joder". Siempre me hice la idea que cualquier cosa que haga afectará a alguien y por tanto trato de mantener al mínimo la molestia que le pueda causar a los que me rodean. A menos que pase por una sesión de preguntas, me es casi imposible decir una historia en una conversación, tener la confianza de contarle mis problemas a mi familia o amigos. Así es como de tiempo en tiempo hago cambios drásticos buscando llenar los espacios. Así es como desde hace ya un par de años acumulo escritos de todos mis pensamientos, de mis problemas, de lo que odio de mi, de cómo me gustaría ser. Mis cuadernos y mis blogs son mis confidentes. No hay manera que ellos se quejen de vuelta y están y estarán ahí siempre para mi.

No hace mucho empezó a circular una imagen por Internet que explica que aquellas personas que sonríen más día a día son las que en realidad están librando una batalla interior por lograr esa felicidad que aparentan. No todo lo que se ve es lo que realmente es, pero cuando uno decide ocultar tanto y vive ocultando tantas cosas por mucho tiempo eventualmente el cuerpo te empieza a delatar y lo que te rodea empieza a enviar señales. Mis problemas de salud son mayoritariamente gástricos, por el estrés. Y cosas tan tontas como el escoger qué me pondré para ir a la Universidad me alertan sobre mi estado emocional. Cuando estoy mejor puedo escoger en casi nada de tiempo un conjunto completo y hay días que puedo estar más de 1 hora probándome cosas distintas y todo lo encuentro mal: interiormente todo anda mal, me siento fea.

Mis brazos son el receptor de mi ansiedad y mi estrés. Los brotes ocurren con mayor intensidad apenas tengo bajones de ánimo por días, cuando estoy al borde del estrés debido al trabajo que me tiro encima para dejar de pensar tanto, debido a la ansiedad que me creo esperando por cosas que quizás no vengan. Al igual que sucede con las bolitas de estrés -que uno aprieta cuando necesita descargarse-, cuando esto sucede entonces empiezo a apretarme los brazos como forma de distracción y liberación. Ni siquiera intentaré que suene agradable. Ni pareciera que tuviera acné porque lo único que uno puede observar es un gran sector hinchado, rojo en todas las áreas infectadas y un montón de costras producto de clavarme las uñas. Por supuesto, cuando la marea de preguntas vienen bajando sobre lo que me sucedió, miento y digo que es 'alergia por el calor'. No hay manera de sintetizar en pocas oraciones la razón por la que hago esto y el trasfondo de la situación. Estaría incomodando y tomando tiempo de la persona que no me va a escuchar con sus 5 sentidos.

Esta semana ha sido cumbre en enredos. Estoy como en una montaña rusa intentando dar lo mejor de mí pero con consecuencias opuestas. El pesimismo, la falta de confianza y estas ganas irreversibles de querer llorar a cada segundo y pedir ayuda no han faltado en ningún momento. El título de esta entrada entonces se puede sobreentender. He pasado tanto tiempo preguntándome "¿Contra quién luchas tan fuertemente cada día intentando mejorar y que te salgan las cosas?". Y hoy que me miro los brazos con tanta repugnancia siento un gran dolor emocional por haberme permitido llegar a este punto...tanto dolor físico luego de pasarme alcohol por todas las heridas abiertas. Ahí entonces aparece la respuesta. Es con nadie que conmigo misma. Aquella persona que tiene tantas fallas y ha dejado una gran abertura para que entren a colación muchas otras que antes no tenía. Me he estado hundiendo poco a poco y hoy me di cuenta, al ver que en mis brazos no cabe una sola marca más, que hoy es el día que toco fondo. He estado tan brava y reactiva con las demás personas y al final es esa impotencia de intentar mejorar y ver solo retrocesos en esas mismas áreas.

A todos los que han tenido que presenciar estas cosas, lo siento mucho. Hoy entiendo que nunca fue con ustedes pero es una batalla interna que debo resolver. Hoy solo quiero sincerarme y decir por primera vez todas estas cosas que nunca he podido decirle a nadie. Hoy quiero apaciguarme y empezar una vez más a desenredar estos nudos. Pero primero quiero trabajar en aquellas cosas que debo hacer, quiero hacer y hacer y cansarme aún más. Dejar de pensar. Dejar de luchar contra la corriente, dejar de poner mi creencia en las personas. Quiero terminar este ciclo vicioso y no volver más a destruir mi cuerpo. Aunque no lo puedo hacer, quiero desaparecer y volver nuevamente. Pero me gustaría aún más afrontar estas cosas como adulta y no repartir más ausencias. Me gustaría también que finalmente me pudieran conceder asistencia psicológica, esa que vengo pidiendo desde que tenía 12. A todos los que me conocen por ahora me gustaría pedirles entendimiento y más que nada paciencia si no puedo estar al 100% con ustedes. Me gustaría pedirles cariño. A veces esos abrazos sin aviso, sin dejar ir a la persona son los que más uno necesita y los que por lo general están más ausentes en la vida.


No tengo más que decir. No por ahora.

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images