Amor a primera vista

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Play. Fall in love

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La única capa que separa mis pensamientos con el mundo es delgada, casi transparente. Así es como siento la brisa correr, los rayos del Sol en la piel y las múltiples nubes de inspiración que se forman a mi alrededor. Mi sensibilidad se siente libre y camina conmigo.

Era un día del que posiblemente no podría esperar nada.
La noche anterior estaba afanada en terminar una falda, algo ansiosa, algo nerviosa. No pude dormir más de 45 minutos cuando la alarma sonó, indicando que el día iniciaba en ese justo momento. Tomé el desayuno y salimos.

Habíamos quedado de vernos todos en un mismo lugar. A pocos minutos que saliera el Sol emprendimos nuestro viaje al interior del país. A pesar del cansancio, al ver la cara de mis compañeros, una sonrisa y una apacibilidad se apoderó de mí. -Era un día algo distinto-

Luego de buscar un espacio dentro del autobús, al acoplarme en mi asiento, pude relajarme un poco y no mucho después, el sueño vino a mí. De tiempo en tiempo despertaba para contemplar el paisaje, aún estábamos en camino...el día estaba precioso.

Ahora que me siento a recordar cada detalle, cada molécula de ese paisaje está impresa en mi memoria. Un paisaje hermoso y esa sensación de estar viajando en una carretera cambiante...la energía que te provoca la aventura y el destino. 

Paramos a desayunar en un restaurante. Las charlas eran animadas y el ambiente sencillo y ligero. Recibí cumplidos por mi vestido y seguimos con el viaje. Cerré mis ojos y esta vez quedé sumida en un sueño profundo. Cuando volví a abrirlos ya habíamos llegado a nuestro lugar. Dimos un par de vueltas por el centro y paramos en casa de unos conocidos.

Ese día visitamos varias casas, conocimos el talento y el trabajo de muchas personas. Comimos en unión, reímos, hablamos de todo y tomamos muchas fotos. La experiencia fue tan fantástica que nos repetíamos "Vinimos y estamos los que teníamos que estar". Conocimos y exploramos. Bailamos y cantamos. Había sido un día perfecto -pensaba- sin saber lo que estaba a punto de suceder.

Camino al autobús de vuelta, fui la última en subir. Aún cargaba la efervescencia del evento. Retomé mi asiento y esperé a que nos pusiéramos en marcha. Noté que un caballero que no era parte del grupo estaba sentado en el asiento contiguo, vestido de camisilla acompañado de un tambor. Me sonreí para mi misma. El día estaba lleno de elementos que me conectaban con mi ser, con mi origen. La belleza estaba en todos lados.

Decidimos ir a comer a un restaurante antes de regresar a la ciudad y camino al mismo noté que había en el autobús una persona más que desconocía.

-- "¿Quién será?" me repetía.
Asomé mi cabeza por el costado del asiento y detuve mi mirada en su dirección. Como si él sintiera mi curiosidad -y como si el tiempo transcurriera despacio...eterno- voltea hacia atrás y sus ojos cayeron perfectamente en los míos.

No podría decir la cara que puse, pero en ese momento solo supe que todo se detuvo. Sentí que algo llenaba mi ser y pude ver neón. Esa persona me hacía ver colores, algo brillaba en él.


Era un día de verano a mediados de enero cuando me enamoré por primera vez.
Después de rezar tanto y pedirle a Dios por amor, a mis 20 años, en un día que parecía ordinario.
Tan solo hace falta una mirada...




Sí, me enamoré...
はる~

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